Poemas del Adivino
DE BARRO
Y LECHO
cuando el lago
aclara sus aguas
se puede ver desde la orilla
un pequeño bote de madera
amarrado al fondo
(custodiado por peces
algas y recuerdos…)
ALAMEDA
penden del cielo
los álamos
en hilera
el aire
trae olor
a caminos
es un milagro
oír el silencio
de la belleza quieta
una hoja temprana
ancha como la tarde
cae
llega el anuncio
de un otoño
precoz
PESCADOR
DE SOLEDADES
las barcas
emiten chirridos y quejas
de dura madera bien atornillada
escasa pesca
manos de hilos trenzados
trampas vacías en cada lento recoger
se menea
el sol oculto de un atardecer espinoso
colmado de mar y de aves
esta vez
fue el día quien tendió su red
LA SEQUÍA
Y DESPUÉS…
la lluvia es constante
por fin
el arroyo despierta
de un largo sueño
gigantescos árboles
insectos
llueve torrencialmente
sobre la tierra
la llanura baila
su fiesta interminable
vuelven las aves
a los caminos
DIVINA
ADIVINACIÓN
jeroglíficos
abanicos al viento
alas de mariposa
un aire liviano
aleteos indescifrables
la tarde se abre
flores flores
lilas azules
ocres…
remolino y antenas
brisa de polen
SALVO EL CREPÚSCULO
Cuando son las seis de la tarde
y el patagónico sol
comienza a cerrar los ojos,
una joven y airosa nube
se acerca sin ser vista
a besar la montaña.
Con la cautelosa esperanza de ser aceptada
busca la sutil manera…
Arrima sus labios leves silenciosos,
sus heladas manos recorren la tierra
y luego se duerme
acurrucada
hasta que el manto
de un frío amanecer
la sorprende.

